Gloria Sabater, doctora experta en genética: "Si has pasado hambre o penurias y te quedas embarazada, eso impacta a las nuevas generaciones"
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Por nuestro estilo de vida, podemos estar hipotecando la salud de nuestros nietos. Esta es la tesis que defiende la doctora Gloria Sabater, farmacéutica y reconocida especialista en medicina antienvejecimiento. En una entrevista para el European Sports & Health Institute, Sabater rompió con el enfoque tradicional de la longevidad, llevándolo más allá de nuestro propio cuerpo y enlazándolo con una profunda responsabilidad intergeneracional.
Según la experta, el camino hacia una vida más larga y saludable, o longevidad, se explica en gran parte por la epigenética, un concepto que va más allá de la genética que heredamos. Sabater lo ilustra con una metáfora sencilla: nuestros genes son como una partitura musical que no cambia, pero el ambiente (la dieta, el estrés, los contaminantes) puede dejar "manchas de tinta" que alteran su interpretación.
Lo realmente disruptivo de su mensaje es que estas "manchas" o modificaciones epigenéticas no desaparecen con nosotros, sino que se transmiten. "Si yo pasé hambre por una guerra y luego me quedo embarazada... esas marcas que yo he impreso en mi ADN van a influir en la salud de mi bebé y de la bebé de mi bebé, es decir, de mis nietos," explicó la doctora. De esta forma, problemas de obesidad, deterioro cognitivo o metabolismo en nuestra descendencia podrían ser consecuencia de las penurias y el estrés que vivió una bisabuela. Esta revelación convierte el autocuidado en un acto de justicia y legado familiar.
El ejercicio y el sueño: los pilares olvidadosEn cuanto a la dieta, la recomendación es clara: un alto porcentaje de nuestra alimentación debe ser basado en plantas, rico en fibra y polifenoles. La doctora Sabater advierte contra las grasas saturadas (carne y embutidos), los azúcares y los ultraprocesados, señalando que modas como las dietas cetogénicas o carnívoras, si se mantienen a largo plazo, pueden favorecer la inflamación, uno de los principales detonantes del envejecimiento.
Sabater también insiste en el papel crucial del sueño y el estrés: si no dormimos bien, el cuerpo no realiza la "limpieza celular" (autofagia) necesaria para la reparación. Por otro lado, el estrés actúa como la "mecha encendida" que detona las enfermedades latentes, haciendo que el cuerpo se debilite y los virus se reactiven. Además, destaca que la pérdida de masa muscular y ósea es el principal enemigo físico de la vejez, por lo que el ejercicio físico debe ser una herramienta fundamental que nos permita mantener una "salud funcional" hasta el final.
La experta, que utiliza herramientas de nutrigenómica (el estudio de cómo los nutrientes afectan a nuestros genes), advierte de que "más no es mejor". Tomar suplementos de forma indiscriminada (o en altas dosis) no solo es innecesario, sino que puede ser perjudicial o interactuar peligrosamente con medicamentos que ya tomamos. El desconocimiento hace que la gente se sobre-suplemente, pasando de la solución al problema.
¿Quién se acuerda de la memoria?El deterioro cognitivo, afirma, es una de las mayores amenazas para una vejez independiente. Los suplementos específicos, como una curcumina especial o los polifenoles de uvas y arándanos, han demostrado su capacidad para retrasar la edad cognitiva hasta 10 años si se toman de forma constante, lo que refuerza la idea de que invertir en la memoria es una prioridad que, a menudo, se pospone hasta que es demasiado tarde.
El mensaje final de la doctora es esperanzador: nunca es tarde para empezar a cuidarse y mejorar. Asumir el control de nuestro estilo de vida hoy no solo nos dará más años de calidad, sino que representa la mejor herencia que podemos dejar a las generaciones venideras.
El Confidencial


